miércoles, 9 de mayo de 2012

Estrenar el año en Granada

estreno
Los romanos solían hacer regalos de año nuevo, debido a su creencia de que esto les traería buena suerte. Los llamaban strena, palabra de origen sabino (nombre romano que se daba a una tribu enemiga de la tierra de los Césares.) que luego sería acogida por el italiano como strenna, con el mismo significado. El vocablo llegaría al español en el siglo XIV en el sustantivo estrena, hoy estreno, con el significado de ‘dádiva o regalo’, del cual se derivó posteriormente estrenar, que inicialmente significaba ‘hacer un regalo’, pero que en la actualidad se utiliza más bien con el sentido de ‘usar algo por primera vez’ y ‘representar un espectáculo por primera vez’.
Algunos puristas sugieren que, en el caso de los espectáculos, se debe dar preferencia a estrenar sobre la palabra de origen francés debutar, aunque, como acabamos de ver, la primera es tan ‘extranjera’ como la segunda, con la única diferencia de que debutar llegó más recientemente a nuestra lengua.





Estrenar el año en Granada, ha sido una gran aventura.

Pasear por La Alhambra de noche, un embrujo.
Bajar pisando la nieve virgen de las laderas de Sierra Nevada con el Veleta en la izquierda y el Mulhacén a la derecha, un corazón latiendo y un regocijo interior inenarrable.


Tomar un cafelito y unos piononos enriquecedor y muy dulce.
Beber una cañita y unas tapas en Navas, recuperar un tiempo perdido y un amigo de antaño.


Ver la cabalgata de Reyes, volver a los 7 después de cambiar de siglo.


Madrugar el primer día del año, una heroicidad. Volver una noche fría de madrugada, una vuelta a la realidad.

El Mulhacén, 3482 m., decía mi libro escolar, pero recientemente se han empeñado en quitarle unos metros, se pusieron a medirlo a conciencia y le han bajado unos metros en 3479 m. le han dejado, aunque sigue siendo el pico más alto de la península ibérica.