sábado, 20 de enero de 2007

Soneto de amor y de deseo


Insaciables los labios eran rocas,
luchando a muerte sin pedir treguas,
recorriendo juntos una y mil leguas,
hundiéndose más y más en las bocas...

Los ojos llenos de miradas locas
galopaban veloz como las yeguas,
buscando refugio tras muchas leguas.
¡Calla, corazón!, ¿por qué te desbocas?.

Calla, pon una muralla de sombras,
y haz con tus penas y tus desazones
jaulas de mimbre para las alondras,

cadenas de oro a los halcones,
y para tus pies descalzos, alfombras
curtidas con cuchillos y rejones.
R.B. ©

sábado, 13 de enero de 2007

LOS CIENTÍFICOS DEL UNIVERSO

(A.B./R.B. ©)
Muchos merecen ser citados como descubridores del Universo, pero desde que mi afición a la observación de las 'estrellas me llevó por estos caminos, yo tuve una especial predilección por siete grandes hombres cuyos estudios han hecho posible llegar al estado actual de conocimientos sobre el Universo.
No obstante, merecen destacarse los sabios de Grecia y los árabes que ya en los años 300 antes de Cristo determinaron la distancia a algunas estrellas y un discípulo de Pitágoras dedujo que la Tierra no era un disco sino una esfera como demostraban los eclipses de Luna. Calcularon el tamaño y masa de la Tierra con cierta 'exactitud '. El mundo no estaba en condiciones de entender esta verdad y el incendio de la biblioteca de Alejandría hicieron que se perdieran la mayor parte de estos trabajos.
Hiparcos (150 a.d.J.)
Nació en Grecia y desarrolló todos sus trabajos en la isla de Creta. Resulta asombroso y casi milagroso, que sin que se le conozcan otros medios que la simple observación del cielo pudiera determinar la precesión de los equinoccios. Él fue quien dijo que el eje de La Tierra se movía describiendo sobre el firmamento una circunferencia a razón de 53'' por año, y que un ciclo completo se realizaría en unos 26.000 años.
Ptolomeo.(140 d. d. C)
Ya hemos dicho anteriormente cual era el mundo descrito por Ptolomeo. Aunque equivocado, aportó la idea de las órbitas que había sido olvidada, o relegada.
Copérnico.(1543)
Por primera vez, en nuestra era, y después de olvidadas las teorías griegas, vuelven a enunciarse las grandes verdades universales por Nikolaus Kopérnikus, el canónigo de Frauenburg. Parece imposible que aquello pudiera haberse perdido.
Estaba tan arraigada la idea de la Tierra como centro del Universo que cualquier cosa que se dijera en contra se consideraba incluso anticristiano. Copérnico pasó dificultades por defender sus ideas. Nadie le siguió en sus teorías, Lutero le condenó y le llamó el canónigo loco. Sólo se le permitió hablar de sus teorías como hipótesis poco probables.
Tycho Brahe (1500-1601)
Aunque sus trabajos no fueron espectaculares, dedicó su vida al estudio del cielo; en Dinamarca (isla de Sven, en el Sund, hoy de Suecia) inició lo que es en la actualidad el magnífico observatorio de Sund (el Uranienborg). Su tesón y su dedicación permitieron años después a Kepler trabajar en este observatorio y conseguir sus descubrimientos. Murió el año 1601 en Praga como astrónomo imperial, después de ser expulsado de Dinamarca.
Galileo (1600-1633)
Galileo siguió las enseñanzas de Copérnico y enterado del descubrimiento del anteojo (Holanda 1609) se fabrica uno por sí mismo. En 1610 (7/01/1610) descubre los satélites de Júpiter. ¡Copérnico tenía razón! hay otros mundos parecidos a la Tierra que ya no es el centro de todo movimiento. Parece imposible que los obcecados de la época no quisieran ni siquiera mirar por el anteojo para ver por sí mismos el descubrimiento. Tomo definitivamente la defensa del canónigo de Frauenburg y empiezan sus sufrimientos. El 23 de junio de 1633 en Roma, ya viejo y casi ciego jura que el mundo es como dicen los demás. Ni se ha probado nunca que le dieran tormento, ni la famosa frase que colérico pronunciara después ¡Y, sin embargo, se mueve! son cosas que estén probadas.
Kepler (1571-1630)
Después de los trabajos de Galileo, los rigurosos trabajos y demostraciones científicas de Kepler no podían ser ya ignoradas. Las leyes que rigen los movimientos de los planetas, y los de sus satélites se denominan en su honor leyes de Kepler. La vida de Kepler es una constante novela de "suspense" entre la gloria y la mendicidad, más de lo segundo que de lo primero. El emperador Rodolfo le nombra sucesor de Tycho Brahe y a la destitución del emperador queda sin cobrar sus emolumentos comenzando para él un constante peregrinar entre ciudades según las guerras religiosas le obligaban. Perseguido como católico, pierde toda la fortuna de su mujer, muere pobre y viejo en un mercado de pescado de Regensburg el 15 de noviembre de 1830. Su tumba fue profanada y destruida en la guerra de los 30 años que arrasó las tierras alemanas.
NEWTON (1600-1700)
El más grande de los físicos y matemáticos de la época y entre los más grandes de todos los tiempos.
Profesor de matemáticas en Cambridge a los 26 años y poco después académico de la de Ciencias. Es el descubridor de las leyes de la gravitación y desarrolló numerosos estudios sobre el movimiento de los astros. Tratar de hablar de Newton en un espacio reducido como este sería "dejar en el tintero" tantas cosas que baste con lo dicho. Murió en 1727 y fue enterrado en la abadía de Westminster donde puede y debe visitarse su tumba por todo científico que visite Londres.
Otros
No pueden quedar sin una cita, personajes tan merecedores de ello como Halley, que descubre que las estrellas se mueven y calcula las órbitas de los cometas, sobre todos la del que lleva su nombre; Herschel, que descubre Urano (1781); Bessel, que calcula por primera vez la distancia la distancia a una estrella (la 61 del Cisne), 9,3 años luz; y ya más cercanos Schiaparelli, Fizeau, Foucault, Fraunhofer, Kirchoff, Doppler,....., no obstante para el autor de este pequeño trabajo, los siete destacados fueron siempre sus preferidos, por las dificultades de la época que les tocó vivir.
Merecen especial atención Gauss, Laplace y Euler que predicen la existencia de otro planeta, Leverrier calcula su posición y Galle, en Berlín, lo descubre con el anteojo el 23 de septiembre de 1846. Se le llamó Neptuno.
En el mes de febrero de 1930, un estudiante aficionado (en Falgstad, Arizona) descubre por vía fotográfica un nuevo ¿planeta?, Plutón.


domingo, 7 de enero de 2007

EL ZODIACO (1)

Las constelaciones de la eclíptica
A.B./R.B.
©
In principio creavit Deus caelum et terram.
Terra autem erat inanis et vacua,
et tenbrae erant super faciem abysi;
et Spiritus Dei ferebatur super aquas.
Dixitque Deus: Fiat lux. Et facta est lux.
...
Al principio creó Dios el Cielo y la Tierra.
La Tierra era una soledad caótica
y las tinieblas cubrían el abismo,
y el espíritu de Dios aleteaba por encima de las aguas.
Y dijo Dios: "Hágase la luz", y la luz fue hecha.
(del Génesis 1:1)

Desde que se conocen datos históricos, siempre la humanidad se ha sentido atraída por el firmamento estrellado. Esos puntos brillantes que una vez llegado el crepúsculo empiezan a aparecer cubriendo toda la bóveda celeste.
Las civilizaciones antiguas imaginaban ojos, manos, armas, ..., formas muy variadas uniendo con líneas imaginarias los puntos brillantes más sobresalientes y así fueron naciendo las constelaciones, las leyendas, los dioses y, con todo ello la mitología, muy ligada siempre a los astros.
¿Qué sabe hoy el hombre de la ciudad, de las estrellas? Apenas puede percibirlas entre las luces y brumas de sus calles. Para nuestros antepasados, las estrellas eran escenas de cuentos y leyendas misteriosas de dioses, héroes, gigantes y demonios.
Allí está el cazador Orión defendiéndose del Toro con un escudo por delante y sus perros siguiéndole; Perseo, hijo de Zeus, con la cabeza de Medusa; cerca está Andrómeda encadenada a la roca; Thor lanzando al cielo los ojos del Gigante, hoy convertidos en Castor y Pollux;...
Antes de entrar en el asombroso descubrimiento de Hiparco de Nicea en Siglo II antes de Cristo. (¿? año 145 a.d.J.), vamos a presentar algunas concepciones del mundo antiguo.
Unos 300 o 400 años antes de Jesucristo ya hubo algunos sabios en Grecia y entre los árabes que determinaron la distancia a algunas estrellas, y un discípulo de Pitágoras dedujo que la tierra no era un disco sino una esfera como podía verse en los eclipses de luna.
El mundo no estaba en condiciones de entender esto y el incendio de la biblioteca de Alejandría debió hacer que se perdieran a mayor parte de estos trabajos.

El mundo de los babilonios
Un ejemplo puede bastar para tener una idea de como se concebía el Universo en la India Antigua y en Babilonia.
Merece mención especial la curiosa concepción babilónica del mundo.
Es una bóveda sobre el mar del que emerge una corteza montañosa sobre la que vive el hombre y que en su interior está el mundo de los muertos. Otra bóveda superior sujeta el cielo lleno de agua y sobre esa bóveda caminan las estrellas. Entre la roca y la bóveda del cielo está el aire por donde caminan el sol y la luna

Cambises.
Cambises rey de Persia hacia el año 560 a.d.J., siguiendo la tradición babilónica de estudio de las estrellas, hace coincidir con los doce meses del año doce de las constelaciones que se ven en el cielo por el camino del Sol. Así establece lo que hoy conocemos como Zodiaco que es una banda de unos 17º de ancho montada sobre la eclíptica (± 8º 30') y cuyo nombre se debe al gran número de constelaciones con nombres de animales. El ZOO del cielo.
En aquella época, el equinoccio de primavera se producía cuando el sol se encontraba en la actual ascensión recta de la Eclíptica de 2h 36min, o bien 36 días sobre el equinoccio actual (ahora 27 de abril) hacia el centro de la constelación de Aries.
El cielo que Cambises veía el día 21 de marzo era con gran aproximación el que hoy vemos el día 27 de abril.
Se ha escrito mucho sobre la influencia china en la cultura babilónica, Parece ser que unos 2000 años a.d.J, un emperador chino mandó ajusticiar a dos astrónomos que olvidaron predecir un eclipse solar. Esto era muy grave pues en los eclipses, se ordenaba a todo el pueblo que hiciera gran ruido con todo lo que tuviera a su mano para que el gran dragón que se había tragado al sol lo devolviera. Si no se hacía así el sol podía desaparecer para siempre.

El mundo de Ptolomeo.
La concepción del mundo que persistió hasta Copérnico, se debe a Ptolomeo que vivió en el siglo II. Para él nuestro sistema solar tenía un centro que era La Tierra. A su alrededor giraban el Sol, la Luna y todos los planetas conocidos en aquella época.
Las órbitas corresponden a los astros siguientes:
La Luna, Venus, Mercurio, El Sol, Marte, Júpiter y Saturno. Detrás estaban las estrellas.

(Próximo capítulo: LOS CIENTÍFICOS DEL UNIVERSO)